Carta del Departamento de Asuntos Exteriores del FDL dirigida a los partidos políticos y marcos sociales internacionales: La política de la hipocresía y las mentiras se renueva para justificar la agresión israelí-estadounidense contra Irán

Jun 24, 2025


Estimados líderes de los partidos políticos internacionales,
Queridos amigos de instituciones y marcos sociales globales,
Reciban un cordial saludo,
Les dirigimos esta carta sobre la agresión israelí contra Irán, que se produce tras décadas de incitación impulsada por la propaganda sionista-estadounidense con el objetivo de justificar un ataque de gran escala contra Irán, basado en información falsa y engañosa. Esto es similar a lo que ocurrió en Irak hace más de 20 años y, más recientemente, para justificar la guerra genocida contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza.
Damas y caballeros,
El uso de engaños militares como parte de estrategias de guerra, con el fin de confundir al enemigo, puede estar permitido por el derecho internacional siempre que se respeten las normas humanitarias y no se incurra en traición. Algunos países incluso han ganado guerras gracias a estos engaños. Pero iniciar guerras que destruyen países y causan miles de víctimas sobre la base de mentiras deliberadas por fines políticos es algo que el mundo debe condenar, responsabilizando a los culpables y tomando medidas para evitar su repetición.
Existen muchos ejemplos que confirman que algunos Estados recurrieron a la mentira para justificar guerras ilegales. Algunos incluso obtuvieron resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU basadas en datos falsos. Actualmente, tres ejemplos principales siguen teniendo consecuencias trágicas:
• Irak (2002–2003): Estados Unidos presentó decenas de informes ante el mundo y la ONU, afirmando que Irak representaba una amenaza global por poseer armas de destrucción masiva, incluyendo armas nucleares. Tras la invasión de Irak, se descubrió que todas esas afirmaciones eran falsas: no se halló ninguna de dichas armas.
• Operación Inundación de Al-Aqsa (2023): Estados Unidos anunció la formación de una coalición internacional contra la resistencia palestina basada en acusaciones israelíes de atrocidades cometidas por palestinos, incluyendo quema de niños, violaciones y decapitaciones. El presidente Biden reconoció que sus fuentes fueron informes israelíes y una llamada con Netanyahu. Semanas después, se confirmó que estas acusaciones eran completamente falsas y se utilizaron para justificar la guerra contra Gaza.
• Acusaciones contra UNRWA (2023–2024): Israel acusó a empleados palestinos de UNRWA de haber participado en la operación de Al-Aqsa. Esto llevó a Estados Unidos y a varios países europeos a suspender o condicionar su financiación. A pesar de las investigaciones independientes de la ONU que no encontraron pruebas, UNRWA sigue siendo objeto de ataques diarios, basados una vez más en información falsa.
Hoy, lo mismo se repite con la agresión israelí-estadounidense contra Irán, basada en acusaciones no confirmadas sobre su supuesto desarrollo de armas nucleares. Es sorprendente que Israel haya lanzado su ataque justo cuando Irán y Estados Unidos se preparaban para una nueva ronda de negociaciones. La resolución del Consejo de Gobernadores del OIEA (12 de junio) sobre el “incumplimiento por parte de Irán de sus compromisos de no proliferación” sirvió de pretexto a Israel para iniciar la agresión.
Posteriormente, el director general del OIEA, Rafael Grossi, dio dos declaraciones contradictorias: primero dijo que Irán tenía suficiente material para fabricar varias ojivas nucleares, pero luego reconoció que “no hay pruebas de un esfuerzo sistemático para desarrollar un arma nuclear”. Irán calificó entonces al OIEA de “cómplice” en la guerra israelí, acusándolo de haber ocultado intencionadamente esa verdad en su informe, lo que permitió a Israel justificar su ataque contra instalaciones nucleares pacíficas iraníes.
La falta de rendición de cuentas por parte de la comunidad internacional ante los crímenes de Israel contra el pueblo palestino ha alentado a Israel a atacar a Irán, así como a Líbano, Siria y Yemen. Esto demuestra que la indiferencia mundial ante lo que ocurre en Gaza, Cisjordania y en toda la región ha alimentado el fascismo sionista, una amenaza no sólo para los palestinos, sino para todos los pueblos del mundo.
Al expresar nuestro apoyo a Irán y nuestra solidaridad frente a la agresión sionista-estadounidense, estamos convencidos de que Irán resistirá y que esta guerra no logrará sus objetivos. Los pueblos de la región entienden que los ataques en Gaza, Cisjordania, Siria, Líbano, Yemen y ahora Irán persiguen un mismo fin: imponer la hegemonía de Estados Unidos e Israel y liquidar la causa palestina.
No olvidemos que Israel es la verdadera amenaza para la región. Posee un arsenal nuclear enorme. ¿Olvidamos cuando el Ministro del Patrimonio de Israel propuso lanzar una bomba nuclear sobre Gaza? Una clara confesión de que Israel posee armas nucleares. Sin embargo, no escuchamos una sola condena firme de Francia, Alemania o Reino Unido. Pero contra Irán, incluso con simples acusaciones, estas potencias adoptan posturas duras.
Israel nunca ha permitido que el OIEA inspeccione sus instalaciones nucleares. Tampoco la Unión Europea ha incluido el arsenal nuclear israelí en su agenda, como sí lo hace con Irán. Si Estados Unidos y Europa quieren evitar la proliferación, deben exigir lo mismo a Israel. Toda la región debe estar libre de armas nucleares. Pero la doble moral muestra que quieren desarmar a todos los países excepto a Israel, que debe conservar la superioridad militar y actuar como el «gendarme» de la región, al servicio del imperialismo mundial liderado por Estados Unidos.
Aunque Israel posee más de 200 cabezas nucleares, Irán ha reiterado que no busca desarrollar armas nucleares. Tiene pleno derecho a usar la energía nuclear con fines pacíficos en el marco de su desarrollo soberano. Estados Unidos utiliza el expediente nuclear como excusa para mantener sanciones y chantajes, castigando a Irán por apoyar la causa palestina.
Los pueblos palestino y árabes están pagando el precio del fracaso de Netanyahu y de Estados Unidos en lograr sus objetivos en la guerra contra Gaza, así como de las crisis políticas internas del Estado israelí. En medio de un reordenamiento mundial, Estados Unidos busca mantener su hegemonía y asegurar un papel central para Israel en cualquier nuevo orden regional.
Netanyahu espera llegar a las elecciones legislativas de 2026 apoyado en la guerra contra Gaza y la región. Por eso apresuró la agresión contra Irán. Él mismo reveló el objetivo cuando dijo: “El camino está abierto para golpear a Irán y cambiar el rostro de Oriente Medio”, con el fin de imponer la hegemonía imperialista encabezada por Estados Unidos a través de Israel.
Por eso decimos: los pueblos de la región y todos los pueblos libres del mundo deben unirse para frustrar los objetivos de esta guerra estadounidense-israelí-occidental contra Irán, y condenar esta agresión. Estamos seguros de que el futuro pertenece a los pueblos de la región. Más allá de las correlaciones de fuerza actuales, serán los pueblos quienes las cambien, porque la tierra permanece fiel a quienes han estado arraigados en ella por milenios. La historia y las luchas de liberación nos enseñan que, por mucho poder que tenga el colonizador, su destino es la derrota, y la victoria siempre está del lado de los pueblos libres que defienden su tierra, su presente y su futuro, lejos de la dependencia y la esclavitud.